El Cielo Sin Cielo de Lima


Despues de vender a Esmeralda quede con muchas dudas de lo que me podrian decir los ojos manchados de sangre, como las corridas taurinas, como los profesionales de la delincuencia, podria haberme equivocado en muchas cosas pero el camino de regreso a la chacra fue con lluvia, cristalina lluvia que trataba de bañar por fin mis recuerdos. Recuerdos extraños, tan extraños que 7 horas despues me encontraba en un bus grande entre pestilentes perfumes y sudores de patos que eran más sinceros que el cobrador que me robaba 2 soles más.

Lima puede ser muy rencorosa con lo que los dejaron, pero no me importaba mucho nob ver el cielo porque no queria estar mucho tiempo emborrachandome en su simples, cuando baje del carro el calor que lagrimas mostraba a la gente no me afectaba, con aquella gorra que Tatiana me habia regalado el sol no se mostraba a mi. Un par de soles, mucha bulla sabia que esta era otra parada, sabia que en estos paisajes no podia sonreir sin darme cuenta de lo que aún me faltaba. Camine por Quilca, camine por la Casa G-3 pero pude cambiar balones de futbol por una combo Gokú en mi camino, San Miguel y mi barrio no habian cambiado, una carta del señor Lucho y mi madre con besos para los mensajes que no queria andar más.

Salí, Lima no mostraba ese clima de helados de verano, los semaforos seguian siendo refugio de mendigos y la Av. Perú seguia tan lejana como poder pensar que el Parque Hans se encontraba cerca a mi casa, noticias, amigos y al final del día Los Olivos.
Los tragos trataban de decirme te quiero, yo solo abrazaba los refugios que aún siguen esoperando mi llegada. La Av. Angelica Gamarra aún tiene el techo sin cielo que pude besar una tarde de febrero. Pense en volver pero sabia que no habia formas de volver.

Y era extraño, sabes, antes de dormir pude divisar mi siguiente parada: Matucana, 6 de la mañana en un nuevo bus rumbo a los rincones de Lima, esta vez al centro esperando llegar a Madre de Dios donde aprendi a tomar mi primer trago y darme cuenta de la ebriedad de mi verdadera amistad (Mario, donde podrias estar antes de transitar por la Av. Arequipa?). Fue mucho más extraño, sí, lo sabes, antes de dormir escape al encierro de mi madre y a la casa de los amigos que trepan techos para matarme, pude entrar a este blog y ver el tuyo. Barranco no queda en España, no?.

La acompañe hasta su casa, me castigaron y las cachetadas no fueron suficientes, Chosica tiene un sol reinante en la naturaleza que hospeda estas lacras humanas, mi camino sigue al Este y yo tomo un helado de cincuenta centimos, estoy seguro que podre llegar a la catarata Enlil, estoy seguro que a pesar de la falta de helados "allá" seguira siendo verano....

Voy en camino......

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