Entrevista a los chicos de Carboncito en Perú 21

Navegando en la web, encontre esta entrevista que ilustra el trabajo de muchos de los autores de fanzines aqui en el Perú. ¿El mejor ejemplo? nuestros amigos de Carboncito. Se los dejo para calentar motores. Habitación 18 # 3 ya tiene fecha de salida.....


Renso y Amadeo Gonzales: Como nadie nos publicaba, hicimos una revista propia


Mi papá falleció cuando yo tenía 18 y mi hermano 15. Él tenía un Volkswagen, así que me puse a taxear. Pero me fue mal de taxista porque justo llegaron los tico y, además, prohibieron los carros de dos puertas", explica Amadeo Gonzales. Estamos en su casa, con Renso, su hermano, editores de Carboncito.

Pero alguna historia habrá habido.
Amadeo: Sí, un montón. Algunas trágicas. Una vez estaba dando vueltas por el aeropuerto, la gasolina se me acababa y yo no sabía si iba a llegar a la casa. Un pata me para y me dice, 'choche, una carrera al hospital San José'. Le dije tres lucas, para gasolina ¿no? 'Ya, pero hay que recoger a un pata que se ha accidentando'. Fuimos y salió un pata que tenía una cosa incrustada en la cabeza. Terrible. Pero en ese momento ya no pensaba en las tres lucas sino en que el pata no se me muriera en el carro y que la gasolina alcanzara hasta el hospital.

¿Y qué pasó?
A: Yo soy bien religioso y, de pronto, vi que la aguja de la gasolina subió (un milagro). No solo llegamos al hospital sino que ya no tuve que echarle gasolina y regresé a la casa con mis tres lucas bien ganadas.

¿Cómo empezaron con la historieta?
Renso: Teníamos un primo que nos traía historietas de Editorial Novaro, de Superman, Batman, La Zorra y el Cuervo, etc. Después me interesé más en la literatura y vendí mis cómics en un mercado de la avenida Perú.

Malbarateó su colección.
R: Sí. Eran como 130 cómics. Creo que saqué para una camisa -tenía una fiesta-. Lo que pasa es que tanta fantasía ya no me cuadraba. Pero me di cuenta de que ese interés tenía que ver con la música, con la literatura o con ver películas. Después entramos a los concursos de historieta Calandria, que salieron por el centenario de la historieta.
A: Por cierto, nunca los ganamos. Nunca ganamos nada. Yo solo tuve un tercer puesto en un concurso de cómics contra la violencia contra la mujer y otro en Los Olivos.

Esos concursos reunieron a toda una nueva generación de historietistas.
R: Sí. Fue por que los conocimos y vimos sus trabajos que quise tener una publicación de historietas. Como las de los 80 o antes, como las de Osito-Monky.

En Quilca se vendían muchos fanzines en los 90. ¿Los recuerdan?
R: La mayoría eran de música. Pero en el 96 me sorprendió ¿Tiene dientes?, de Lucho Rossell.

Después encontramos Proyecto Engendro, Crash Boom Zap, Artoarte, A-Cultura y Contranatura.
A: Resina, de Ulises Gonzales.
Recuerdo Resina: Historietas para mentes cochinas.
A: Claro, que tenía a El Hombre Pus, Coiman -el único tombo con calculadora- y al detective privado Larry Conn.

Lo recuerdo: "Si alguien te pide ayuda, mándalo a Larry Conn". ¿Y a ustedes los publicaban?
A: Mandábamos nuestros dibujos a otros fanzines, nunca los publicaban.
R: Entonces, decidimos publicarnos nosotros mismos. Así nació Carboncito.

En un universo de revistas con nombres agresivos -por decir lo menos-, ¿por qué usaron un nombre tan inocente como Carboncito?
A: Pensamos en algo que tuviera que ver con el lápiz. Y salió eso. No pensábamos que se iba a ver tan inocente. Pero creo que hay un contraste casual entre eso inocente y lo perverso de las historietas.
R: Cuando comenzamos, en 2001, editamos 50 ejemplares fotocopiados.
A: Era una inversión alucinante para nosotros. Y los vendíamos nosotros mismos, a china (S/.0.50), en el Centro, en los eventos de historieta. Ahora vamos en el número 9, hemos sacado mil ejemplares y cuestan 5 soles.

Debe ser difícil vender una revista de historietas.
R: Una vez, vendiendo mis revistas en una feria de artesanos, llegaron los serenos y se las llevaron. Yo me la agarré con uno bajito, para que me las devolvieran, pero me empezaron a apalear. Tuve que dejarlo. Y nunca supe si eran serenos del Centro o de Jesús María. Y en otra ocasión llamé a un pata para venderle la revista y me contestó su hermana: '¿Algún encargo?'. 'Sí, quiero venderle Carboncito. '¿Qué es eso? ¿Droga?'. 'No, son historietas'. Y colgó.

En los primeros Carboncito, ustedes le han dado sitio a un montón de gente.
A: La idea siempre ha sido difundir el cómic. Y hemos publicado nuestro trabajo y el de otros, como Álvaro Portales, Markus y Julio Polar. Y a medida que la revista ha crecido, los colaboradores han querido mandar mejores trabajos. Al final hemos resultado publicando a los maestros, a los que no querían publicarnos y a los que nos decían que dibujábamos horrible (ríe).
Sus historietas son urbanas. ¿Les pasan las cosas que cuentan?
R: El incomprendido Patrick se basa en cosas que me pasan. Él es bastante más romántico que yo. Son cosas que uno encuentra en la calle, como en otro trabajo que tengo, Previ City.
En este número tienen una buena selección de dibujantes.
R: Sí, tenemos a dos colombianos, el Sr. Juanito y Truchafrita. Está Ulises, con Coiman en Nueva York, Uilmer Fashe -que dibujaba en Zoociedad ilustrada-. Está Paulo Rivas, Jorge Pérez -de Trulópolis-, Miguel Det, Cherman -con un fotokómik- y Carlos Castellanos, entre otros. Y una entrevista con David Galliquio, autor de Lito 'el perro'.
Y un clásico: Javier Flórez del Águila, con dos páginas de Selva misteriosa, a decir de muchos la mejor historieta en tira publicada en el Perú.
A: Nos sentimos honrados de que él coja los pinceles para dibujar especialmente para Carboncito. Es un inédito.


Diario Perú 21/ Sabado, 1 de Julio del 2006

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