Vendiendo mis esperanzas a china en el Larco Herrera


En la mañana, al promediar las vistas del Florentino en una tocada de Rezaka, junto a mi hermana nos acercamos al Hospicio de la ciudad de Lima, aquel lugar donde el dia de mi muerte cicuta pudo ir a refugiarse, donde tenia una cita con el doctor n° 18.

No hubo muchas anecdotas que contar en realidad, el dia era caluroso y las playas donde ella habia tomado sol ya no estaban bañadas de sangre, el Florentino me decia "Vete a la mierda huevon" y Jopelles en sus labios me decia "pénse algo más", mientras que leia mi revista de club nintendo solo me respondia "es que acaso dije esa cosa, solo queria visitarte y decirte te quiero" , no entiendo las amistades pense, a un loco pidiendome 2 centavos fue al que recibi a cambio.

Aquel loco tenia algo especial, sus ojos brillaban con tal intensidad que parecia llorar; mientras la enfermera lo observaba detenidamente esperando que saliera, él se encargaba de divertir a los que, como yo, esperaban en el Hall la llamada del doctor, segun el número que les tocaba a cada uno.
Los carros mugrientos del centro de Lima eran una fiesta si se encontraban pegados al cemento frio y provistas de banquitas comicas con locos que no quieren ser locos, y sobre todo con aquel señor de "los ojitos tristes" que me decia que no debia comer tanto, que las pastillas, los tragos y los "aún puedo hacerlo" me van a matar.

Al final del día no le di nada a ese loquito, mis 20 centimos sirvieron para completar la gaseosa que pude comprarle a Tamara y aquellos otros 20 robados de su bolsita me sirvieron para jugar a la maquinita. En verdad queria ganar el premio mayor consiguiendo la mayor cantidad de fresitas, la verdad queria que te quedes otro dia a lado de mi cama.

Hello Sunshine

"te amo ,te reamo,te recontrasuperarchi amo jaja okas te extrañare todas estas horas" (El MSN dijo eso, yo le pude creer recien cuando mire a "El no me olvides")

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